Érase una vez….una mujer que descubrió un mundo

Michelle Amkie
2 min readAug 31, 2020

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Desde chica mi madre me hizo la costumbre de leer. Todas las noches me leía un libro hasta que empecé a hacerlo por mi cuenta. Siempre me encantó, pero por muchos años no sabía lo que era un libro de verdad. Acostumbraba a leer para entretenerme y relajarme pero nunca pensé que se volvería una parte muy importante en mi vida.

Fue hasta mi último año de preparatoria que un maestro, a quien le debo mucho, nos dejó leer libros fuera de lo que se acostumbraba. La primera novela fue El coronel no tiene que le escriba de Gabriel García Márquez. Mientras muchos de mis compañeros decían que es un texto lento y “aburrido”, yo quedé fascinada con la narración. Después nos dio a leer Las batallas en el desierto de José Emilio Pacheco y despertó en mí un nuevo interés. Era una literatura que yo no conocía, ni yo ni nadie de la gente que me rodeaba.

El maestro vio mi interés y me dejó más lecturas que pensó que me gustarían. Uno de ellos, La espada de los 50 años, era un libro lleno de espacios, silencios. Decidí hacer mi monografía del Bachillerato Internacional sobre eso y ahí fue donde conocí lo que es desmenuzar un texto y entenderlo en un nivel más profundo. Después de esto, mi maestro me llevó a clases de literatura en la Ibero y desde entonces, la literatura se volvió parte de mi.

Llegué a la carrera sin mucho conocimiento literario, pero gracias a ello, pude entrar con una mente abierta y dispuesta a conocer algo increíble y novedoso, era un tapiz en blanco. Gracias a esto, hasta el día de hoy, me impactan todas mis clases y todos los textos que leo.

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