Las ferias en la pandemia: adaptarse o perderse
La crisis sanitaria causada por el COVID inició en el 2020. Desde entonces, los tiempos han sido complicados y llenos de incertidumbre. Por un virus tuvimos que permanecer en las casas y las consecuencias de la pandemia son infinitas. Los lectores fanáticos pensamos que este año no tendríamos las ferias del libro. Sin embargo, muchas de ellas dieron un paso adelante y lograron continuar con sus planes. Sacaron provecho de la situación ya que en muchas ferias supieron utilizar las herramientas tecnológicas para sus beneficios. La pandemia, por más trágica que sea, abrió nuevas opciones, por ejemplo se pudieron tener invitados de diferentes países sin tener consecuencias económicas puesto que ya no es necesario pensar en el transporte o en el tiempo que implicaba dar una plática por más que dure dos horas. Asimismo, la venta de libros de las ferias fue más eficiente y rápido puesto que las herramientas de búsqueda permite que los lectores encuentren los libros que más quieran.
Cabe mencionar que, aunque las ferias del libro como del Zócalo, la de Oaxaca o la de Guadalajara se adaptaron muy bien a la situación mundial, hace falta la experiencia física. En lo personal, las ferias pueden ser estresantes por la gran cantidad de personas, las fechas y horas limitantes, y por el cupo limitado de las pláticas pero también, es una experiencia inolvidable. Entrar por la puerta y ver las paredes y los pasillos llenos de libros, convivir con personas que aman lo mismo que tú, y el movimiento continuo y simultáneo es algo muy especial de las ferias.
